Siempre he creído
que si un chico sabía bailar, sabría moverse en otros terrenos… Es más, cuando
salía con mis amigas por ahí en mi época de solterismo, siempre comentábamos qué
chicos serían mejores en la cama, según su forma de bailar.
Y es que, en esto
de mover las caderas, tenemos un amplio abanico de posibles.
Están esos chicos
con nulo sentido del ritmo y coordinación corporales a la hora de bailar. Puede
gustarles la música y tararear (poco más) una canción. Peeero, a la hora de
bailar, tienen dos pies izquierdos y no saben dónde meter los brazos. Y no
digamos ya cómo mover las caderas en, digamos, un intento de resultar
coordinado. Criaturas… han nacido con las caderas soldadas, una pena. Con un
chico así, puedes encontrarte con dos opciones. Una: su sentido del ritmo –por suerte-
no tiene nada que ver con sus habilidades bajo las sábanas. Por lo que,
salvando la primera impresión, te llevas una MUY grata sorpresa si te lo llevas
a casa. O dos (el horror absoluto): un chico que no sabe por dónde le sopla el
aire y más perdido que un pulpo en un garaje. Lo siento chicas, FRACASO. Sólo
queda huir de allí lo más rápido posible y sin mirar atrás.
También tenemos
al típico chico que sin ser un gran bailarín, hace lo que puede con sus
extremidades y salva su masculinidad con ciertos movimientos acompasados que
dan el pego. Suelen tener un par de movimientos “fetiche”. Saben que se les dan
bien, no se sienten ridículos y les sacan partido. Entre sábanas, lo mismo.
Conocen un par de cosas que saben que funcionan, pero observan las reacciones para
saber si lo están haciendo bien. Aprenden pronto. Si os encontráis alguno así,
no desesperéis, no está todo perdido. Dadles tiempo e indicaciones (sin ser
sargentos, con dulzura y mano izquierda) y disfrutaréis la recompensa.
Y luego, queridas
amigas, tenemos el SUMUM. Chicos que SABEN moverse, bailar y todo lo demás.
Sentido del ritmo, sensualidad y saber hacer. De los que se te caen las bragas
al verlos en cualquier bar. Saben cómo, dónde y cuándo tocar. Generan adicción.
Pero como toda
adicción, tienen su parte negativa. Suelen ser chicos bastante egocéntricos que
se centran en sí mismos, en lo bien que lo hacen y con bastantes “pretendientas”
alrededor. Una joyita vamos. Si no queréis pasarlo realmente mal, no os
encaprichéis de un SUMUM. Sufriréis sólo por el rato de placer que os pueda
proporcionar. Si vuestra intención es sólo, y repito sólo, pasarlo bien,
disfrutad de cada segundo. Si no, olvidadlo, si no queréis acabar con el corazón
machacado.
¿La mejor elección?
Un chico “fetiche”, no tendréis tantas competidoras alrededor y aprenden rápido
;)
Besos! ^_^