Y así seguimos...

Hace mucho tiempo que llevamos arrastrando una situación un tanto precaria en el trabajo de Pompa. Empezaron a retrasarse en el pago en el mes de mayo y en cosa de un par de meses, empezaron a pagar la mitad de la nómina a final de mes. Después les dijeron que les pagarían la extra en 4 partes hasta diciembre. Según ha ido pasando el tiempo, las mitades del sueldo se han ido sumando hasta llegar al punto de que cuando esta semana llegue el viernes, le deberán 3 meses de sueldo completo, tres cuartas partes de la extra y los atrasos del 2011. Qué maravilloso todo.


Además, la semana pasada tuvieron una reunión y el jefe les comentó que habría despidos en la empresa “grande” del grupo y que el resto de trabajadores en activo no verían un duro hasta que se pagaran los finiquitos (que los cobran por partes también) La empresa de P da todavía beneficios, pero es muy probable que en enero también les apliquen un ERE, así que tenemos unas perspectivas estupendas.

Se puede ser fuerte, pero cuando ya llevas un montón de meses madrugando, trabajando y no cobrando, llega un momento en el que te desanimas. Mucho. Y eso le pasa a P. Yo hago lo posible por animarle, soy bastante práctica y procuro no comerme la cabeza antes de tiempo. Pero no todo el mundo es así y P le da muchas vueltas a las cosas, está cada vez más desanimado y más harto de tener que ir allí, trabajar y ver cómo les siguen mintiendo “en cuanto podamos, os pagamos” “de este mes no pasa, nos pondremos al día con las deudas” Y así hasta el infinito…

Antes de las vacaciones de verano ya se lo planteó al jefe “Si esto sigue así a la vuelta, prepárame los papeles que me largo” A lo que el jefe le dijo “Ni hablar, tú no te vas de aquí” “Pues entonces págame” Lo hace por que sabe que es de los más valiosos y es su forma de decirle lo que valora su trabajo. Pero eso no paga las facturas. Hay compañeros que ya no tienen para comer y les han echado del piso en el que vivían en alquiler… 

Es horroroso pero nadie hace nada, la gente parece conforme con lo que les están haciendo. Nadie dice nada. Bueno sí, lo típico de "habría que hacer, habría que decir" pero a la hora de la verdad, cuando tendría que aflorar el compañerismo y hacer piña para solucionar una situación que les afecta a todos, ninguno tiene los cojones suficientes para hacer presión, para protestar, para hacer ver a la empresa que no son unos peleles, que no se van a dejar pisar así como así. Pero todo sigue igual.

Es muy duro estar así un día detrás de otro y ver, impotente, que no puedes hacer nada, que te quieres ir para poder cobrar y buscarte la vida por otro lado y no te dejan. Que la gente no es capaz de mover el culo para salvar el pan de sus hijos, su casa, su vida. 

Para que luego vengan tocando las narices diciendo que la reforma laboral es para fomentar la creación de empleo, la subida del IVA para fomentar el consumo y habría que "modular" el derecho a manifestarse, que nos quejamos mucho, dicen.

Y una mierda.


Verdades Universales... (III)

Pocas veces te sientes tan ridícula y vulnerable como cuando estás sentada en el sillón de la peluquería con el pelo todo mojado, pegado a tu cabeza y ves planear las tijeras del peluquero sobre ti…





Qué bonita es la amistad...

Siempre he sido de la opinión de que Amigos de verdad, con mayúscula, se pueden contar con los dedos de una mano.

Luego siempre hay diferentes grados de “amistad” amigos a los que ves de vez en cuando y tienes muy buena relación con ellos, conocidos, coincidentes, compañeros de trabajo con los que te llevas más o menos bien, vecinos de hola y adiós… En fin, todos sabemos hasta dónde alcanza nuestro círculo de amistad y las afinidades que tenemos con unos y con otros.


A raíz de leer el post de GordiPe, he caído en la cuenta de que algo parecido me está sucediendo ahora mismo. No es con un amigo de los de toda la vida, pero sí alguien con quien hay bastante y buena relación.

En nuestro grupo habitual somos 3 parejas y nos llevamos estupendamente. Ya es complicado entenderte con alguien como para que 6 personalidades totalmente distintas entre sí encajen. Y no sólo eso, sino que no se juzguen, se acepten unos a otros sin trabas y estén a las duras y a las maduras.

Pero de vez en cuando nos juntamos con más gente para fechas concretas y organizamos comidas o cenas. Nos lo solemos pasar en grande por lo que año tras año, repetimos estas quedadas. Y a raíz de una de estas comidas, surgió que otra pareja nos dijera a los 3 que teníamos que ir un día a su casa a comer. Nos pareció estupendo a todos, así que estuvimos barajando fechas hasta que coincidió un día que nos venía bien a todos.

Como siempre surgen imprevistos, una pareja de nosotros 3 se cayó de la quedada. Así que al final fuimos la otra pareja y nosotros a casa de los que habían organizado la comida.

Cuál es nuestra sorpresa que al llegar allí estaba otra pareja que no conocíamos ninguno de nosotros salvo los “anfitriones” Superado la sorpresa inicial (porque no nos habían comentado nada de que iría alguien más, creímos que habíamos quedado los de siempre y los organizadores) estuvimos comiendo sin mayor problema, hasta que en la sobremesa, el anfitrión le comentó a nuestro amigo que el otro invitado estaba buscando trabajo para dejar lo que hacía ahora y como sabía que la hermana de nuestro amigo tenía un puesto de relevancia en una empresa, pues que si no le importaba comentarle del amigo…

Nuestro amigo, que se las sabe todas, echó balones fuera y supo quedar estupendamente diciendo que ya le comentaría a su hermana y tal, pero que no podía garantizarle nada.

Cuando salimos de su casa los cuatro, lo primero que les dijimos a nuestros amigos fue la verdad, que no teníamos ni idea de que esa otra pareja iba a ir, que no nos habían dicho nada y que, al menos a nosotros, nos había parecido una “encerrona” para buscarle trabajo al amigo. Nos molestó que nos usaran de esa forma, la verdad.

Ha pasado el tiempo y no los hemos vuelto a ver. Sí que hemos estado en contacto, pero la cosa ya un poco más fría y más por su parte que por la nuestra. Y hace poco fue el cumpleaños de ella. La felicitamos y anduvimos comentando a ver cuándo nos veíamos aunque fuera a echar un café que ya hacía mucho. Si, sí a ver cuando nos vemos ya te llamo un día de estos…

Y ya. Por su parte todo son largas o por lo menos es la sensación que dan. Y me jode. Me jode bastante, por que encima que nos usan como conejillos de indias para buscarle trabajo a una persona que ni conocemos, ahora están ocupadísimos de la vida y no tienen tiempo de nada.

Pues no señores, esto no funciona así. Si nosotros hemos pasado por alto ese tema y os hemos seguido tratando como si nada, no me parece lógico que ahora tengamos que ir detrás de vosotros hasta para tomar un simple café. Disculpad pero los jetas habéis sido vosotros para que ahora vayáis de dignos.

Un solo feo más y los mando a tomar por culo ¡hombreya!


Cuarto y mitad de positivismo...





A veces, viene bien recordarlo…^_^