6...


Hoy hace justo 6 años que nos conocimos.

A estas horas estaba preparándome para acudir a nuestra “cita” (si se le podía llamar así) Llevábamos más de un mes hablando todos los días. Durante mucho tiempo fue frente a una pantalla y se pasaba el tiempo volando. Unos días antes de quedar, decidimos darnos los teléfonos, por eso de poner voz a las letras que veíamos en la pantalla. Pero ni siquiera nos habíamos planteado conocernos. Simplemente hablábamos.

Tú no estabas pasando una buena época a nivel personal, y la verdad es que yo tampoco, así que fue bastante curioso como empezamos a chatear, a raíz de un juego en una web, se abrió una ventanita de chat en mi pantalla con un “Hola, ¿qué tal?” En el ciberespacio hay mucho salido así que con bastante escepticismo por mi parte contesté un simple “Hola”. Siguió una conversación un tanto intrascendente pero relajada, en ningún momento quisiste saber mis medidas o de qué color eran mis ojos. Simplemente charlamos. 

Supongo que nos caímos bien, porque al día siguiente volvimos a coincidir y continuamos hablando. Pasó mucho tiempo hasta que un día te apeteció mandarme una foto de tu último viaje (no hacía mucho que habías vuelto) a Italia. Nunca había estado allí, así que te envidié bastante y te lo dije. Te había gustado, pero habías ido sólo y no lo habías disfrutado tanto como habrías querido. Esperabas volver y poder redescubrir los mismos sitios pero con un estado de ánimo mejor. Me parecías alguien agradable con quien hablar, teníamos gustos bastante similares y en la foto no salías nada mal. Pero en ningún momento pensé nada más allá. Llevaba un año bastante chungo y en ese preciso momento lo que menos me apetecía era liarme con nadie. Estaba muy a gusto sola y sin dar explicaciones.

No sé cómo surgió la idea. Hablábamos de cachondeo cuando decíamos “Tenemos que quedar a tomar un café e ir a alguna exposición, ver una peli o simplemente charlar” Yo te daba largas (no sé si te dabas cuenta) y como tampoco eras muy insistente ni agobiante, me lo tomaba como una broma que salía sin más. 

Hasta que un día, no recuerdo muy bien por qué, volviste a decirme “Oye, no quiero que pienses nada raro, pero me apetece quedar contigo a tomar un café una tarde y charlar, sólo eso.” Al principio me quedé un poco callada, pero dije que sí, me apetecía saber si nos llevaríamos tan bien cara a cara. Como tenía que devolver unos libros a la biblioteca pensé, bueno quedo a tomar un café, devuelvo los libros y si veo algo raro, me vuelvo a casa. 

Me dejaste en la puerta de mi casa a eso de las tres y pico de la mañana del día que quedamos… Fuiste muy respetuoso y educado, nos reímos bastante y todo lo que hablábamos frente a la pantalla surgió sin problema cuando nos vimos. Al principio estábamos cortados, pero superada esa timidez inicial, no paramos de hablar. Y al final, aunque ni tu ni yo queríamos, nos besamos…

Y hoy hace justo 6 años de ese primer beso. De ese primer café real. De ese “Llévame donde quieras. Confío en ti…” 

 
Hoy seguimos sin ponernos de acuerdo quién de los dos fue el que dio el primer paso... xD 

 

Que no, que no...

Siempre hablamos de lo que nos “pone” en un tío, que si unos ojos claros, que si verlos conducir, que si descalzos con unos vaqueros bien puestos… Cada una tenemos nuestros “fetichismos” en cuanto a lo que nos dispara las hormonas.


Pero, ¿qué hay de lo que no nos pone en absoluto de un hombre? Esas cosas que sólo con pensarlas te dan repelús, se te erizan los pelos del cogote y te dan ganas de salir corriendo lo más lejos posible…

Creo que tiene que ver más con actitudes o comportamientos que con aspectos físicos en sí. Por que un chico puede ser del montón, no tener nada espectacular que nos altere el cuerpo, pero tiene algo en su forma de ser, de hablar, algún rasgo de su carácter que nos vuelve locas. Exactamente igual que si un tío esta muy bueno o es guapísimo o desprende sexidad por los cuatro costados, pero es un auténtico gilipollas, un inmaduro o es propenso a las reacciones violentas. Cero atracción. Nein. Niente.

Para mí, tan importante es que tenga un rasgo físico que me encante, como que su personalidad y su carácter me hagan respetarlo como persona.

Que sí, que todos tenemos nuestros defectos, nadie es perfecto, pero hay cosas que me ponen los pelos como escarpias y me hacen desechar automáticamente a un hombre. Por ejemplo,

- Que no sepa manejar sus emociones. No hablo de alguien que no llore nunca o que se enfade o que tenga días de tristeza. No. Me refiero a esas personas que no son capaces de gestionar su frustración, los palos que da la vida o las situaciones que les cabrean y les sobrepasan de forma que lo canalizan todo a través de la ira hacia la gente que tiene más cerca. Los que siempre reaccionan así y se ahogan en un vaso de agua.

- Los prepotentes, pedantes, sabelotodos… Creo que todos conocemos al alguien así y es cargante. Las opiniones son como los culos, todos tenemos uno. Pero una cosa es dar tu opinión, comentar que te parece esto o lo otro aun a riesgo de equivocarte, y otra muy distinta es creerse en poder de la verdad absoluta, no bajarse del burro para escuchar opiniones diferentes a la de uno mismo y mirar por encima del hombro como diciendo “qué sabrás tú, piltrafilla de la vida” Me supera.

- Que sea “demasiado” protector. Me explico. A todos nos gusta que nos den mimos de vez en cuando. Sobre todo si has tenido un día de mierda y sólo necesitas que te abracen o te escuchen. Eso mola, se agradece y te hace sentirte protegido en ciertos momentos. Lo que no mola nada de nada es esas personas con un afan tan protector que raya en lo agobiante y controlador. “Ten cuidado con esto” “Yo que tú no lo haría por ue blablabla” “Para qué vas a ir allí con Fulanita o Menganito, si total para lo que vais a hacer” “Es mejor que esto lo hagas así” No, no y NO. Una pareja es alguien en quien apoyarte cuando no estás bien, alguien que te ayuda a crecer y a ser mejor persona. No alguien que actúa como un padre o pretenda controlar lo que haces.

- El típico tío que cuando habla contigo, sin apenas conoceros, se dirige a ti con cualquiera de estos apelativos “guapa, nena, chocho” Aghhh Corred lo más lejos que podáis!!

- Los canis y cualquier otro subgénero de este tipo ¡Vade Retro!

- Los vampiros emocionales. Absorben toda tu energía hasta dejarte echo polvo y sin fuerzas para reaccionar.

Y a vosotr@s, ¿qué os espanta del sexo opuesto?


Verdades Universales...(II)

Nunca se duerme tan a gusto como cuando acabas de hacer la cama con sábanas limpias…






Verdades Universales... (I)



Cuando solo se rie la persona que ha hecho la broma, no es una broma, es tocar los cojones





Que me gusta el otoño...



Me encanta el otoño. Es un hecho. El cambio del color de las hojas a ese montón de variedades de ocres mezclados con verdes más o menos intensos, rojos y marrones, el final del calor agobiante que nos ha aplatanado en verano, ese cambio sutil en el aire y la luz como bien dice Moli

 

Todavía no es invierno, los días no son tan cortos, no sales a trabajar de noche y vuelves de noche. Aún quedan horas de luz que te dan un margen para salir a la calle, a dar una vuelta con Perrote y verlo saltar y perseguir las hojas caídas de los árboles, tomar un café con una amiga en la terraza de un bar y hablar de todo mientras ves la gente pasar...


Ir a la biblioteca a por otro libro y pasar un buen rato en el sofá leyendo mientras caen esas primeras lluvias que limpian en ambiente y lo refrescan dándo ese olor a tierra mojada que me encanta… 

 
Siempre lo he dicho, no soy de temperaturas extremas, con el frío del invierno me encojo y con el calor aplastante del verano me derrito, me enlentezco y no valgo para nada, no me concentro y me pongo de mal humor. 

Por eso en cuanto llega el otoño, pero de verdad, que sales a la calle y ya necesitas abrigarte, ponerte una chaqueta y un pañuelo al cuello para no quedarte sin garganta, me gusta, me da vitalidad y ganas de hacer cosas. Por que simplemente con abrigarte la garganta y usar una manga más, puedes enfrentarte a lo que sea. 


Y vuelves a casa desde el fresquito de la calle y te encuentras a gusto, calentito y con ganas de taparte en el sofá con una manta y darte un atracón de series o pelis con palomitas.


Así que sí, estoy deseando que llegue el cambio de estación para volver a estar más activa y con ganas de hacer más cosas.



Back to black...


¡Ya estoy de vuelta! Apurando el último día de vacaciones que mañana ya toca reincorporarse a la rutina.

¿Lo bueno? Cada vez queda menos para que vuelva mi compi ^_^

¿Lo malo? Volver a ver las noticias, encontrarte con cosas que no tienen ni pies ni cabeza, hostilizarte cuando habías encontrado la calma y la desconexión, como suele decirse “darse de bruces con la realidad”.

Una mierda vamos. Y encima agradecidos por tener un trabajo en el que hay veces que ni siquiera te pagan (esperemos que lo de Pompa empiece a mejorar por que si no…)

En fin, intentaremos llevarlo de la mejor manera posible. Los que estáis todavía de vacaciones… os odio mucho! Lo que ya lleváis unos días dando el callo, no estáis solos, tarde o temprano todos volvemos ;)

Os dejo una canción que siempre me levánta el ánimo ^__^ 

 
¡Feliz vuelta!